Aguantar o “volverse loco”
Pasó el Festival de Cannes y uno vuelve con muchas impresiones que hay que ir ordenando poco a poco. Como se esperó, el festival y el mercado estuvieron a tope. Los stands del mercado, y particularmente el nuestro de Europa Creativa MEDIA en el International Village eran muy concurridos. La gente tenía ganas de volver a lo presencial. Las proyecciones tanto del mercado como del festival estaban llenas, los bares y restaurantes también. Ya era hora.
En cuanto a las películas en las distintas secciones del festival, existen opiniones muy diversas, pero está claro que el nivel era alto, como suele ser la norma en Cannes. No pude ver muchas películas, pero tuve la suerte de ver la Palma de Oro, EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA de Ruben Östlund, que es una auténtica maravilla, muy recomendable. Se trata de un largometraje exquisito, entretenido, cinematográfico, sorprendente y de impecable factura de producción. Imprescindible verlo en la gran pantalla, porque es un viaje de los que se disfrutan mejor en una sala grande de cine, rodeado de un público que entra en ebullición a medida que pasan las distintas secuencias, una más loca que la otra. Me he quedado con ganas de ver AS BESTAS de Rodrigo Sorogoyen y PACIFICTION de Albert Serra. Ambas han tenido una acogida muy buena, como también fue el caso de EL AGUA de Elena López Riera, una propuesta quizás más intimista, pero no por ello menos elogiada.
En cuanto a los países representados y reseñados en las publicaciones profesionales internacionales, España destacaba como uno de los territorios más hot del mundo. Ayudó sin lugar a duda la representación de España en competición y en otras secciones, porque las películas venían bien presentadas y cosecharon muy buenas críticas. Además, el stand del ICEX Audiovisual from Spain era bastante más grande y ameno que en anteriores ediciones del mercado. El número de empresas españolas en el terreno era elevado y esto dejó un rastro sin duda favorable. Al parecer, el mundo está empezando a percatarse del Plan del Gobierno del Hub Audiovisual, del aumento de nuestro incentivo fiscal y de la fuerza general de nuestro mercado. Este impulso viene dado, entre otras cosas, por ejemplos de cine reciente capaz de ganar el Oso de Oro de la Berlinale, cortesía de Carla Simón, y por el éxito imparable de nuestra ficción televisiva en el mercado internacional, cortesía entre otros de las plataformas que han dinamizado nuestro sector en los últimos años. Por lo que he podido leer y escuchar, la imagen de España fuera de nuestras fronteras es cada vez más positiva. Es un capital que todos debemos de saber aprovechar de alguna manera, aunque siempre no sea fácil encontrar los caminos para ello, especialmente en un país tan grande como España, que tiene una industria compleja no siempre fácil de gestionar.
Por si sirve de consuelo, me atrevo a decir que las varias transformaciones de ciertas estructuras del mercado, aceleradas por los comportamientos de las audiencias debidos a la pandemia y al auge de las plataformas, por nombrar solamente dos factores, son un auténtico desafío no solamente para España, sino para todos los países, en Europa entera y en el resto del mundo. Nuestros modelos de negocio tradicionales seguirán funcionando en algunos casos, pero en otros ya no, porque sigue habiendo una escasez de salas disponibles para nuestras películas, y también sigue habiendo ciertas asimetrías entre la oferta y la demanda, que hay que estudiar cuidadosamente. No voy a entrar más en detalle sobre esta cuestión, pero os remito a un artículo que se publicará próximamente en el Panorama Audiovisual Iberoamericano que publica EGEDA todos los años, sobre el valor de la información, que es un factor capital a la hora de hacer frente a los cambios.
Lo que sí puedo afirmar es que uno de mis encuentros más sorprendentes durante el festival ha sido con un productor de un país muy pequeño, pero con una cabeza que piensa a lo grande. Para hacer una larga historia corta, este viejo compañero mío logró financiar una película con un high concept muy fácil de entender, solamente mediante crowdfunding. No se trata de una película barata, porque costó algo más de dos millones de euros. Logró el apoyo de más de 500 inversores dispuestos a poner cuatro mil euros cada uno, para no solamente participar en los beneficios de la película, sino en los ingresos en general. Todo esto a través de un mecanismo que combina técnicas de blockchain y otros mecanismos tecnológicos que ofrecen al inversor eficacia, transparencia y seguridad, que son precisamente los tres factores que todos los inversores siempre buscan. Ha tardado muy poco tiempo en cerrar la financiación. Me dijo que “pensar que haya 500 personas dispuestas a poner 4.000 euros en una película con un buen concepto de marketing es un no-brainer”, es decir, no cabe ninguna duda de que los hay. De hecho, ya está preparando la siguiente, más cara y más ambiciosa en todos los sentidos. El modelo de distribución del experimento también es original. La productora ha conseguido un plan de distribución vertical que optimiza los flujos de amortización al máximo, gracias a un modelo Business to Consumer que elimina de la cadena de valor a los agentes de ventas y a los distribuidores. Se trata de una operación bastante curiosa, pero pienso que se podría replicar perfectamente desde España. El caso que ilustro es para una película de género que gusta a los amantes de títulos como MAD MAX, KILL BILL y IRON SKY, es decir del género fantástico, combinado con algo de gore, ciencia ficción y acción. Está claro que el modelo no vale para cualquier película, y menos para dramas intimistas y arthouse en general. Pero seguramente no me equivoco, si digo que en España tenemos una cuadrilla de directores de primer nivel para este tipo de películas más comerciales. Llevamos incluso décadas haciendo series de largometrajes de este tipo, de la mano de Paco Plaza, Álex de la Iglesia y Kike Maíllo, por nombrar solamente tres. En España puede haber muchas historias y marcas que se prestarían para experimentos de este tipo de modelo. Creo que lo tendríamos mucho más fácil que mi amigo, que lo consiguió desde la trinchera de un pequeño país que brilla por su ausencia en el mercado internacional de cine. Si alguien quiere investigar cómo lo ha hecho, recomiendo visitar www.madinvest.co, para descubrir un caso interesante y de paso echar una risa, porque se trata de una locura desatada. O como decía mi amigo productor: “Era cuestión de aguantar malamente en un entorno de negocio cada vez más hostil, o de volverse loco apostando por algo radicalmente distinto.”
Atentamente,
Peter Andermatt
Director Oficina MEDIA España
